Los fundamentos de la fe. Parte 5

Edición de la página web toislam.link
Editorial “Daura”, segunda impresión. Diseño de redacción y publicación, Medina: 2022.

El libro contiene los conocimientos básicos sobre las fundaciones de la fe islámica y su interpretación.
Está destinado a un círculo amplio de lectores interesados en los problemas de la creencia musulmana; en particular, se recomienda como libro de texto para las clases nocturnas de los Fundamentos del Islam en las mezquitas y madrazas.

Daura, 2022

Idolatría, incredulidad, hipocresía

Allah ordenó que creyéramos en Él y que Lo adoráramos a Él solo. El incumplimiento de esta orden puede manifestarse en tres formas: la idolatría (shirk), la incredulidad (kufr) y la hipocresía (nifaq).

Idolatría (shirk)

La idolatría en árabe se expresa por la palabra “shirk”, formada del verbo “sharika” que quiere decir “ser partícipe, socio”. La palabra “shirk”, por consiguiente, significa “participación, cooperación”.

En su sentido general, la idolatría significa atribuir compañeros a Allah en lo que sólo a Allah Le pertenece. Existen tres tipos de dicha idolatría:

El primer tipo es atribuir socios a Allah en el señorío, o sea, igualar las creaciones con Allah en sus atributos divinos, o adscribir alguno de estos atributos, por ejemplo, crear o sostener, dar la vida o dar la muerte, gobernar el universo u otra cosa, a algún otro que Allah Único. Allah, el Santo y el Sublime, dijo: “¿Hay algún creador, prescindiendo de Dios? Él os sustenta del cielo y de la tierra. No hay dios sino Él. ¿Cómo blasfemáis de Él?” Capítulo “El Originador”, versículo 3.

El segundo tipo es atribuir socios a Allah en los nombres y atributos divinos, o sea, igualar las creaciones con Allah en alguno de estos nombres o atributos. El Señor dijo: “No existe nada semejante a Él. Él es el Oyente, el Vidente”. Capítulo “El Consejo”, versículo 11.

El tercer tipo es atribuir socios a Allah en la adoración, o sea, igualar las creaciones con Allah en lo que corresponde exclusivamente a Él, el único Dios Verdadero, digno de adoración. Se trata de rezar, del ayuno, la oración, la súplica de salvación, el sacrificio animal, la promesa y otros tipos de adoración, sea mayor o menor, obligatoria o voluntaria, oculta o manifiesta. Allah Todopoderoso dijo: “Entre los hombres hay quienes utilizan, prescindiendo de Dios, homónimos a los que quieren como se quiere a Dios”. Capítulo “La Vaca”, versículo 165.

La idolatría mayor es igualar a alguno con Allah y adorarlo como se adora a Allah. Este tipo de idolatría lo expulsa a uno del Islam y destruye todos sus actos anteriores. Si un hombre muere sin arrepentirse de tal tipo de idolatría, será condenado al castigo eterno en el Infierno. No morirá allí, y su sufrimiento no será aliviado.

La idolatría menor son todos los actos que pueden conducir a la idolatría mayor; también todos aquellos actos y palabras nombrados idolatría en los textos del Corán o de la Sunnah que no alcancen el nivel de la idolatría mayor. Si Allah Todopoderoso quiere, perdonará al pecador el Día de la Recompensa, o, si lo quiere, le pondrá un castigo muy angustioso.

Hay ciertas diferencias entre la idolatría mayor y menor, las más importantes siendo las siguientes:

1. Allah Todopoderoso puede perdonar la idolatría mayor sólo después del arrepentimiento, mientras que la idolatría menor la puede perdonar sin arrepentimiento, o puede poner un castigo, según sea Su voluntad.

2. La idolatría mayor convierte todos los actos humanos anteriores en vanos, mientras que la idolatría menor convierte en vanidad sólo aquel acto en que ésta tuvo lugar.

3. La idolatría mayor convierte a quien la haga en un infiel y lo expulsa de la religión, pero la idolatría menor no lo expulsa del Islam.

4. Aquel hombre que muera siendo idólatra del mayor nivel irá al Infierno para siempre y pierde la posibilidad de entrar al Paraíso, mientras que la idolatría menor en este caso es igual que otros pecados.

¿Cómo apareció el shirk?

La base de la idolatría y el motivo para que aparezca este vicio entre la humanidad están en una desmesurada glorificación, alabanza y exaltación de los respetados y píos antepasados. Allah Todopoderoso dijo: «…han exclamado: “¡No abandonéis a vuestros dioses! ¡No abandonéis ni a Wadd, ni a Suwaa, ni a Yagut, ni a Yauq, ni a Nasr!” Han extraviado a multitud de hombres. ¡Señor! ¡Aumenta el extravío de los injustos!» Capítulo “Noé”, versículos 23-24.

Wadd, Suwaa, Yagut, Yauq y Nasr son nombres de los píos que eran del pueblo de Noé. Después de su muerte, la gente hizo sus estatuas y les dio nombres. Lo hicieron para glorificar a sus antepasados justos, conmemorarlos y recordar su dignidad y superioridad. Pero es este hecho que luego los llevó a que empezaran a hacerles culto, endiosándolos, prescindiendo de Allah Todopoderoso.

Se afirma que los ídolos, adorados por el pueblo de Noé, luego se difundieron también entre las población árabe. A Wadd lo adoraba la tribu de Kalb en Dumat Al-Jandal, a Suwaa – la tribu de Hudhail. Yagut fue adorado primero por la tribu de Murad y luego por la tribu de Banu Thaquif de Jauf, cerca de Saba. Yauq fue adorado por la tribu de Hamdan y a Nasr lo tenían los de Himyar, de la familia de Dhil-Kala. Los nombres de estos ídolos los tenían los hombres justos del pueblo de Noé. Cuando murieron, el Satanás les instigó a los miembros de la tribu a eregir las estatuas en los lugares donde solían estar y llamarlas por los nombres de estos justos. Así lo hicieron, pero en aquel tiempo nadie les adoraba. Pero cuando aquella generación falleció y desapareció con ellos el conocimiento, empezaron a hacerles culto.

Se dice también que eran hombres justos de los descendientes de Adán y sus discípulos les tomaban de ejemplo. Cuando murieron, sus seguidores, que les tomaban de ejemplo, dijeron: “Si recreamos sus imágenes, los recuerdos de ellos nos animarán a adorar a Allah más”. Entonces crearon las imágenes; cuando se fue esta generación, otros les siguieron, e Iblís se puso a instigarlos: “Ellos (vuestros antepasados) les adoraban, y gracias a ellos caían las lluvias”. Entonces la gente empezó a adorarlos.

Tened en cuenta que en su acto se unieron dos tentaciones a la vez. La primera fue que la gente empezó a reunirse en las tumbas de sus hombres justos; la segunda – que la gente hizo sus estatuas, las colocó en los lugares donde tenía reuniones y empezó a sentarse a su lado. Y eso llevó a que por primera vez en la historia de la humanidad se intodujera la asociación de compañeros a Allah. De modo que estos dos actos son unas de las premisas más importantes y los caminos más peligrosos que llevan a la aparción de idolatría en cualquier tiempo y en cualquier país.

Algunas de las categorías del Shirk

La asociación de compañeros a Allah en tal forma de adoración como el ruego. Como el ruego es una forma de adoración, el hecho de dirigir el ruego a alguno que no sea Allah es idolatría. Por consiguiente aquel que dirige sus súplicas al Profeta, a un ángel, a un santo, a una tumba, a una pierda o cualquier otra creación, es idólatra e incrédulo.

Allah, el Santo y el Sublime, dijo: “Quien, junto a Dios, coloca a otro dios y no tiene prueba de él, ciertamente que tendrá que dar cuenta a su Señor. Los incrédulos no serán los bien aventurados”. Capítulo “Los Creyentes”, versículo 117.

Son también las palabras del Señor: “Cuando embarcan en el buque, ruegan a Dios ofreciéndole el culto. Pero cuando los conduce sanos a tierra, ellos asocian”. Capítulo “La Araña”, versículo 65.

La asociación de compañeros a Allah en tal forma de adoración como la intención. Así son los actos de los humanos que hacen obras de bien sólo para alcanzar unos objetivos seculares o sólo para presumir o hacerse famosos, sin tratar de complacer a Allah o merecer el Paraíso. Estas personas practican la idolatría mayor, de la que habló Allah Todopoderoso: “A quienes hayan preferido la vida mundanal y sus apariencias, les recompensaremos sus acciones en ella: no serán perjudicados; ésos son quienes no tendrán en la última vida más que el fuego: lo que fabrican en ella es vano e inútil lo que hacen”. Capítulo “Hud”, versículos 15-16.

La idolatría de este tipo es oculta y muy peligrosa.

La asociación de compañeros a Allah en la sumisión. Quien obedece a las creaciones, cuando éstas permiten lo prohibido por Allah o bien prohiben lo permitido por Él, y piensa que tienen razón en definir lo permitido y lo prohibido según su voluntad y que la gente puede seguirles en eso, sabiendo que esto contradice la ley de Allah, aquel hombre se toma otros señores, prescindiendo de Allah, y es culpable de idolatría mayor.

Allah Todopoderoso lo comentó así: “Han tomado a sus doctores, a sus monjes y al Mesías hijo de María, por señores, prescindiendo de Dios: No se les había mandado más que adorar un Dios único. No hay dios sino Él, ¡loado sea!, independiente de lo que asocian”. Capítulo “El Arrepentimiento”, versículo 31.

En este versículo, cuyo significado no suscita ninguna incompatibilidad, no se implica dirigir las súplicas a los teólogos o clérigos, sino obedecerlos en el llamamiento a que se desobedezca a Allah, o sea, que se cambie la ley de Dios. Así el Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, le explicó este versículo a su compañero Adi Ibn Hatim, cuando éste le dijo: “Nosotros no los adoramos.” El Enviado de Allah, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, le explicó que obedecerles cuando llaman a cometer pecados o cambian la ley de Allah es igual que adorarlos. Le preguntó a Adi: “¿Acaso no hicieron lícito lo que Allah ha prohibido y vosotros les habéis seguido, y hicieron lícito lo que Allah ha permitido, y vosotros le habéis seguido?” Adi, que Allah se complazca con él, respondio: “Claro que sí”. Entonces el Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, le dijo: “Entonces, éste es el hecho de adorarlos”. Recopilado por At-Tirmidhi, “Sunan” 3095 y lo calificó como hadiz hasan (aceptable), Al-Tabarani “Al-Mu’jam Al-Kabir” 17/92.

La asociación de compañeros a Allah en el amor. Se refiere al amor como adoración que implica la glorificación, la veneración del objeto de amor, así como la humillación y la humildad ante él. Un amor así se puede sentir sólo hacia Allah, Que no tiene cómplices. Y si un siervo dirige tal amor a un otro, excepto Allah, es culpable de la idolatría mayor.

De argumento sirven las palabras del Señor: “Entre los hombres hay quienes utilizan, prescindiendo de Dios, homónimos a los que quieren como se quiere a Dios. Pero quienes creen, aman a Dios más fuertemente”. Capítulo “La Vaca”, versículo 165.

¿Qué es la incredulidad (kufr)?

En árabe la palabra “kufr” quiere decir “cubrir”, “envolver”. Pero su significado shariático implica todo lo contrario de la fe y significa la negación de fe en Allah y en Su Enviado. Un incrédulo puede ser también el que en efecto desmiente la verdad y el que no lo hace pero tiene dudas sobre la verdad o le da la espalda por envidia, orgullo o indulgencia, que le apartan del Corán o de la Sunnah.

¿Qué tipos de incredulidad hay?

La incredulidad, al igual que la idolatría, puede ser mayor y menor. La incredulidad mayor expone al hombre a una estancia eterna en el Infierno, mientras que la incredulidad menor se juzga por un castigo, y no un sufrimiento eterno.

La incredulidad mayor se manifiesta en cinco formas:

El primer tipo es la incredulidad por razón de desmentir la verdad (kufr al-takdhib). Esta forma de incredulidad presupone la convicción de que los Profetas y los Mensajeros de Allah eran mentirosos. Por lo tanto el que los considere mentirosos en palabras y en el corazón será incrédulo. La prueba de ello son las palabras del Señor: “¿Quién es más injusto que aquel que, contra Dios, inventa mentira o desmiente la Verdad cuando le llega? ¿No es el Infierno la morada de los incrédulos?” Capítulo “La Araña”, versículo 68.

El segundo tipo de la incredulidad mayor es la incredulidad por razón de negar la verdad y por el orgullo (kufr al-iba wa al-istikbar). Una persona así conoce la veracidad del Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, y sabe también que ha transmitido la verdad de Allah, pero no obedece a sus mandatos, ni cumple con sus órdenes por razón de arrogancia o testarudez. El Señor dijo: «Entonces dijimos a los ángeles: “Postraos ante Adán”; y se postraron, excepto Iblis, que rehusó, se enorgulleció y fue uno de los infieles». Capítulo “La Vaca”, versículo 34.

El tercer tipo de la incredulidad mayor es la incredulidad por razón de duda (kufr al-shak). Se refiere a la situación cuando el hombre tiene dudas y no confía en las palabras de los Mensajeros. Esta forma de incredulidad se llama también “perderse en conjeturas” ya que las conjeturas y las dudas son lo contrario de la certeza y la convicción. El argumento en favor de ello son las palabras del Señor: «Luego penetró en su jardín, y siendo injusto consigo mismo, exclamó: “¡No creo que este jardín se arruine jamás! ¡No creo que la Hora exista, pero si fuese conducido a mi Señor, realmente, encontraría mejor lugar de retorno que este jardín!” Su compañero, dirigiéndole la palabra, dijo: “¿Serás ingrato con Aquel que te ha creado del polvo y luego te sacó de la gota y te modeló como hombre?” Yo digo: “Él es mi Señor. No asocio a nadie a mi Señor». Capítulo “La Caverna”, versículos 35-38.

El cuarto tipo es la incredulidad con elusión de la verdad (kufr al-irad). La elusión en este caso significa la renuncia directa al Islam, o sea, apartarse, en oído, en el corazón y el conocimiento, de lo que ha traído el Enviado, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él. La prueba de ello son las palabras del Señor: “Quienes son infieles, se apartan de lo que se advierte”. Capítulo “Al-Ahqaf”, versículo 3.

La quinta forma de la muestra de la incredulidad mayor es la incredulidad con hipocresía (kufr al-nifaq). Esto ocurre cuando el hombre es hipócrita en sus convicciones, o sea, oculta la falta de fe y se hace pasar por un crédulo. Lo comprueban las palabras de Allah Todopoderoso: “Eso es así porque ellos han creído y luego se han apartado. Sus corazones han sido sellados, pero ellos no saben”. Capítulo “Los Hipócritas”, versículo 3.

La incredulidad menor es tal forma de incredulidad que no convierte a un musulmán en un incrédulo, sin embargo se juzga por un castigo severo, pero no un sufrimiento eterno en el Infierno. La incredulidad menor es en realidad nada más que un signo de ingratitud ante la misericordia mostrada e incluye todos los actos que en los textos del Corán o la Sunnah se llaman incredulidad, pero no alcanzan el nivel de la incredulidad mayor. A continuación, presentamos algunos ejemplos de la incredulidad menor.

El Enviado de Allah, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, dijo: “Existen dos cualidades entre las personas equivalentes a la incredulidad: sembrar dudas sobre el linaje de una persona y lamentarse sobre el muerto”. “Sahih Muslim”, 67.

El Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, también dijo: “No volváis después de mí a la incredulidad, matándose unos contra otros”. “Sahih Al -Bujari” 121, “Sahih Muslim” 65.

Estos y otros ejemplos se refieren a la incredulidad menor que no lo expulsa a uno del Islam.

Dos tipos de la hipocresía

La hipocresía mayor

Es la hipocresía en la creencia, es decir, la persona lo hace de la apariencia del Islam en el exterior, pero en el interior esconde la incredulidad. Los culpables de este pecado están destinados a estar en las profundidades más bajas del Infierno, más bajo que otros infieles, como dijo Allah Todopoderoso: “Los hipócritas estarán en lo más profundo del Fuego y no encontrarás quien les auxilie”. Capítulo “Las Mujeres”, versículo 145.

La hipocresía menor

Es la hipocresía en la acción, también llamada “la hipocresía práctica”, y eso significa que sus muestras son múltiples. Así, por ejemplo, se narra que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, dijo: “Los signos de hipócrita son tres: cuando habla, miente; cuando promete, no cumple; y si se le confía algo, traiciona”. Este hadiz, de Abu Huraira, que Allah se complazca con él, lo relataron Al-Bujari y Muslim.

Se narra también, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, dijo: “Hay cuatro características que si coinciden todas en una misma persona, lo convierten en un perfecto hipócrita. Y si tiene una de ellas, tiene una característica de la hipocresía mientras no la abandone. Y son: cuando se le confía algo traiciona; cuando habla miente; si pacta no cumple; y cuando porfía escandaliza”. Este hadiz lo relataron Al-Bujari y Muslim de las palabras de Abdallah Ibn Amr, que Allah se complazca con él.